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angle-left Cuando la realiad supera las espectativas...

Cuando la realiad supera las espectativas...

Hola, soy Markéta, una voluntaria checa en el Centro Juvenil de Majadahonda. Quizá me conozcáis, hayáis oído hablar de mí o quizá no. Sea como sea, os cuento un poco cómo fue mi aventura española.


En el último curso de mi carrera, antes de lanzarme al salvaje mundo laboral, me decidí a vivir una experiencia maravillosa a través del Servicio Voluntario Europeo (SVE). Por el tema del idioma me atraían sobre todo España y Francia y por mi carrera y mis experiencias laborales y voluntarias previas me interesaba el ámbito de la juventud. Mis objetivos principales se centraban en la mejora de mis capacidades lingüísticas y en las competencias laborales, así como las interpersonales. Quería aprovechar todas las que ya había adquirido y aprender mucho más. Leyendo la descripción del proyecto en Majadahonda me parecía que eso era exactamente lo que buscaba. Tuve suerte. Aceptaron mi solicitud.

 

Llegué en septiembre y todo era diferente a lo que había esperado. Los compañeros de trabajo, la otra voluntaria, el piso, el trabajo. Todo ha superado mis expectativas. Las tareas que desarrollé en el Centro Juvenil me encantaban, sobre todo los talleres de idiomas y las presentaciones. He aprendido un montón de cosas nuevas y he conocido muchos nuevos recursos, he desarrollado mis capacidades de enseñar y hablar en público… No tengo más espacio para describir el impacto positivo que el proyecto ha tenido en mí.

 

En mi tiempo libre, he viajado mucho, al norte, al sur, al oeste, al este, a la montaña, a la costa… por todos rincones y me dejé llevar por la belleza y la diversidad de un país tan precioso como España. Me encantó la cultura española, participé en varias actividades culturales, incluso me inscribí en el curso de flamenco (Saludos a todas mis compañeras y a la profe!). Dediqué mucho tiempo al aprendizaje del castellano. Asistí a clases diarias de español y clases privadas de preparación al diploma de español. Además participé en intercambios de idiomas en Madrid que no me permitieron sólo mejorar el idioma sino también conocer muchos hispanohablantes interesantes.

 

Ser voluntario europeo no es sólo trabajar y conocer el país al que te vas sino conocer también otras culturas a través de compañeros de clase, otros voluntarios que trabajan en el mismo proyecto o en organizaciones cercanas. Así, tengo amigos de Alemania, Croacia, Lituania, Dinamarca, Austria, Francia, Indonesia… Pues, del mundo entero.

 

Asumo que conseguí todos mis objetivos. ¡No, mentira! Ha sido mucho más enriquecedor de lo que esperaba. El Servicio Voluntario Europeo merecía la pena, merecía tardar tiempo buscando el proyecto, escribiendo cartas de motivación, merecía sufrir la distancia entre mi familia, novio, amigos. Pero ya se ha terminado y yo entro en el mencionado mundo laboral más fuerte y valiente que nunca.

Markéta Knop-Kostková

Julio 2014